domingo, 26 de octubre de 2008

Doñas...lectotrices ???

Una de las pocas cosas de las labores que hacían en casa que me gustaba ayudar a hacer era deshacer un tejido de punto. Te daban la punta del hilo y tirabas y tirabas y se iba destejiendo. Una forma ordenada de destrucción...porque lo que a mí me gustaba era eso: Destruir, deshacer, destejer. No era virtud. Ni tenía en mente a la fiel Penélope destejiendo nostálgica por su Ulíses la mortaja de Laertes, su suegro, para ganar tiempo y excusar a los pretendientes.

Pues eso, precisamente, se me ha venido a la cabeza al leer la proposizione decimosettima dei Padri Sinodali, los Obispos del Sínodo recien clausurado esta mañana por Benedicto XVI. Esa proposición 17 dice esto:

Proposizione 17

Ministero della Parola e donne.

I Padri sinodali riconoscono e incoraggiano il servizio dei laici nella trasmissione della fede. Le donne, in particolare, hanno su questo punto un ruolo indispensabile soprattutto nella famiglia e nella catechesi. Infatti, esse sanno suscitare l’ascolto della Parola, la relazione personale con Dio e comunicare il senso del perdono e della condivisione evangelica.Si auspica che il ministero del lettorato sia aperto anche alle donne, in modo che nella comunità cristiana sia riconosciuto il loro ruolo di annunciatrici della Parola.

Desconcertante. Entre otras cosas porque desde el Motu Proprio Summorum Pontificum del 7 de Julio del año pasado, conviven dentro de la Iglesia Católica de Rito Romano dos ritos (de hecho), en uno de los cuales se siguen confiriendo las Sagradas Órdenes según la tradición de la Iglesia de todos los tiempos; y en el otro - según parece - se está dejando abierta la puerta que posibilitaría por vez primera en la Historia de la Iglesia, la admisión de las mujeres a los ministerios sagrados.

Aunque sea el lectorado, que es la inferior y primera de las órdenes y esté considerado actualmente como un "ministerio laical" que ni es propiamente "orden" ni confiere la dignidad clerical, se dará la paradoja de que en el mismo Rito Romano según el Rito Extraodinario sí sea orden sacra y clerical, vetada absolutamente por razones las más graves a las féminas, tal y como lo ha mantenido la Iglesia desde tiempos apostólicos a nuestros días sin solución de continuidad.

Qué duda cabe que semejante concesión alentaría (y justificaría) las pretensiones de los grupos de feministas católicas que presionan y reivindican el acceso de las hembras al Orden. Por lo pronto ya aparece, aunque sea en su "mínima" expresión, en un documento nada menos que sinodal, como una "proposición" aceptada y presentada por los Padres Sinodales.

Es como tirar del hilo y comenzar a deshacer. Cuestión de tiempo, según la trama a destejer, la extensión del tejido, y la agilidad del deshacedor.

Hay cosas que no admiten "ensayos". Ni proposiciones. Y se llega a un punto en que brota casi espontáneo el monólogo del príncipe reflexivo :"To be or not to be: That's the question".

Por una grieta, una ruína. Por un mosquito, una epidemia. A veces irreversibles acontecimientos por algo "pequeño". Como el portillo aquel de Kerkaporta, principio del fin del sitio y la ruina de Constantinopla.

¿Que exagero? Más bien, diría yo, que temo en y por estos confusos y desconcertantes tiempos.

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Cambiar la hora

Me gusta el retraso de la hora en Otoño, tanto como me desagrada el adelanto en Primavera. Me parece recordar que fue en el 72 o el 73, cuando la subida de los precios del petróleo y aquella crisis. También subieron en las tiendas el precio del azúcar y el del café, y adelantaron una hora el reloj entre Primavera y Otoño. El comentario de los viejos de casa fue que con esa serían dos las horas de adelanto sobre el sol, porque cuando la Guerra habían adelantado ya 1 hora, que se quedó así. Y ahora otra más.

Total, que tanto la hora aquella de cuando la Guerra como la que se adelantó también a comienzo de los '70 son franquistas absolutamente: Las ordenó Franco, o su Gobierno. Y ahí están, tal cual. Sólo ha variado que primero el horario de Otoño se cambiaba el último fin de semana de Septiembre, y después, desde el novetitantos, lo trasladaron a la madrugada del último Domingo de Octubre.

Y yo, tan fastidiado con que adelanten la hora a fines de Marzo, me pregunto por qué esta concesión al franquismo y mantener en plena era zetapera un horario de verano y de invierno secundum Franco. ¿Por qué toleran esta institución de las horas de Franco, el adelanto de 1 hora en Otoño-Invierno y 2 horas en Primavera-Verano?

En verano es tremendo que a las 10 de la noche, durante Junio y Julio, todavía esté el cielo claro y las estrellas esperando salir porque no oscurece. Y la gente con unas ganas de juerga que no paran. Y después por las mañanas, no hay quien se levante bien dispuesto. Y se crean malos hábitos, aquí, en el Sur, donde somos tan propensos.

Con lo bueno que sería llamar a las horas por su nombre propio y real, sin subterfugios de gobierno. Y las 8 de la mañana del verano fueran las 6 que de verdad son; y las 8 de la mañana del invierno fueran las 7 que son en realidad. Y acomodar a esas horas los horarios laborales y escolares y comerciales, etc. Y que la gente viviera, se acostara y se despertara a su hora.
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Cuando en el 72 nos contaron que el adelanto era para ahorrar energía, la gente se quedaba perpleja cuando amanecía la Avenida de la Palmera con todas las farolas encendidas, que no se apagaban hasta las 10 de la mañana o las 11. Y la gente sospechaba que como eso todo lo demás.

Y yo sigo sospechando lo mismo. Y sin entender por qué aquí y en la Gran Bretaña y en Alemania y en Italia, no ponen las horas del reloj de acuerdo con el sol, sin pretender concordancias desconcertantes.

Menos mal - decía un viejo sensato de mi pueblo - que los gallos siguen cantando a su hora, que saben cual es sin depender del reloj adelantado o atrasado.

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